Carta al Alcalde de Mota del Cuervo para que se oponga al paso de residuos radioactivos por el término de la localidad, por Mª Carmen Salido

Estimado Sr. Alcalde:

Tengo conocimiento de que hay muchas posibilidades de que el transporte de residuos altamente radiactivos pase a escasos 600 metros de mi casa. Según los datos de los que se dispone, a esta distancia, mi familia y yo sufriremos los efectos radiactivos.

Parece ser que prácticamente la mitad de los residuos (los correspondiente a las centrales nucleares del arco mediterráneo) con destino a la ATC de Villar de Cañas llegarán en tren a la estación del Záncara, para posteriormente ser trasladados por carretera hasta su destino. Nuestro pueblo está situado en la ruta entre ambos puntos. Esta posibilidad se ve reforzada por el acuerdo para el arreglo de carreteras del entorno de la ATC, realizado entre ENRESA y la Junta de Comunidades, donde se incluye un tramo de la N-420.

La N-420 en su recorrido por Mota del Cuervo dista unos 600 metros de mi casa y la radiación emitida por el paso de un convoy a 45 km/h -velocidad máxima a la que deberían ir- puede detectarse a 800 metros de la ruta, que más o menos equivale en dosis a dos radiografías de cráneo o una de tórax. Si la distancia de mi casa a la carretera es menor de 800 metros, el efecto será mayor. La mitad de los residuos altamente radiactivos en España se calculan en unas 3000 toneladas. ¿Cuántos convoyes van a pasar? ¿Cuántas radiografías involuntarias e innecesarias van a sufrir mi organismo y los de mi familia?

Además, hay que considerar que el efecto se multiplica por diez en niños pequeños y embarazadas. ¿Tendré que pedir a mis familiares y amigos con niños pequeños que no me visiten nunca más, por el peligro que corren? O tal vez, ¿me avisaran cada vez que se produzca un transporte, para que nos marchemos de casa?

Aunque, personalmente tengo la sensación de que tener nietos es una posibilidad lejana, si pienso en los años que supone la construcción del ATC y los años que ya cumplen mis hijos, esa posibilidad ya no me parece tan remota. Se convierte en una realidad cercana y llena de temores e incertidumbres: mis hijas o las parejas de mis hijos si están en mi casa durante sus embarazos, o me visitan, pueden someterse a múltiples exposiciones radioactivas, con el consiguiente riesgo de malformaciones, tumores, leucemias, etc. Cada vez que lo pienso, se me remueve todo por dentro: ¿este es el futuro que le espera a mis hijos y mis nietos?

Hablo en primera persona porque me siento afectada en primera persona. Y todavía más que en primera persona, porque a los hijos se les quiere más que a la propia vida. Pero, como puede entender, estos posibles efectos no solo nos van a afectar a mi familia y a mí, también van a afectar al resto de vecinos de Mota, más cuanto más cercanos estén a la N-420.

Usted mismo, tampoco vive mucho más lejos de la carretera, además sus hijos son de edades parecidas a las de los míos,… ¿Se puede poner en mi lugar? ¿Entiende lo que le estoy diciendo?

Por todo lo expuesto le pido que usted y toda la corporación hagan lo posible para evitar esta situación y para proteger mi salud y la de los míos, que, por otro lado, es proteger la salud de todos los vecinos del pueblo. Le pido que informe de este riesgo a toda la corporación municipal y lleve a pleno mi petición, para, entre todos, tomar las medidas que permitan proteger nuestra salud.

Quedo en espera de su contestación. Un cordial saludo.


En Mota del Cuervo, a 14 de mayo de 2013.


Fdo: Mª Carmen Salido Noheda.

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