Ofensiva contra la soberanía del agua municipal en La Mancha, por Víctor García de Lucas


En las últimas semanas, varios municipios de la zona enmarcada en el sistema de abastecimiento de la Llanura Manchega, han recibido propuestas por parte de la empresa pública IACLM pidiendo la cesión de la gestión de sus instalaciones del agua en Alta. ¿Qué implica el convenio presentado?, ¿qué consecuencias podría tener la firma de dicho convenio para la soberanía municipal sobre el agua de abastecimiento?, ¿qué ganan y que pierden los municipios? 
  Quizá convenga explicar primero qué significa “Sistema de agua en Alta”. Se trata del sistema de acopio, tratamiento y acumulación del agua, toda la fase previa a la distribución a la red municipal. Aquí entran depósitos de agua y sus elementos asociados como puedan ser los medios de obtención de agua (pozos, manantiales…), o de tratamiento de la misma (potabilizadoras o cloradores automáticos) y por supuesto los sistemas de bombeo y las grandes redes de canalización que transporta el agua entre esos elementos. 
  El “sistema de agua en baja”, por su parte, sería el de distribución a través de la red municipal hasta las acometidas que entran en cada una de nuestras casas (a partir del entronque a la acometida deja de considerarse red municipal). 
  El convenio presentado por IACLM afectaría al sistema de “agua en Alta”. ¿Pero qué es lo que se ha propuesto a los ayuntamientos? Analizando el convenio tipo presentado, sorprenden varios aspectos, todos ellos en la línea de que la propuesta supone la pérdida de la soberanía por parte de los municipios sobre sus medios de acopio, tratamiento y almacenamiento de agua, sobre su gestión y sobre sus beneficios. Todo ello sin aparentes contraprestaciones o mejoras, ni económicas, ni de servicio. 
  La empresa propone básicamente lo siguiente a los municipios: ellos ceden, de forma indefinida, la gestión de su agua en alta, con todos los derechos que ello significa y a cambio de ello únicamente ofrece la posibilidad de abastecerse de la Tubería de la Llanura Manchega con agua procedente del trasvase del Tajo-Segura, un agua más cara que la que tienen muchos de los municipios actualmente. En principio, poder abastecerse de la Tubería de la Llanura Manchega implica ciertas ventajas en momentos puntuales de desabastecimiento o de problemas de calidad del agua local, pero una propuesta de entronque y un contrato que permita el abastecimiento puntual en estos casos sería más que suficiente. Lo que se ofrece a los ayuntamientos se aleja mucho de esta solución. 
  La propuesta ni siquiera oculta la pérdida de soberanía de los municipios respecto a sus fuentes de abastecimiento, ya que deja claro que el proceso es indefinido en el tiempo y que la posibilidad de revertirlo es prácticamente inasumible económicamente para los municipios. Lo que IACLM pide ahora que le cedan de forma gratuita, solo lo devolvería previo pago de enormes sumas en concepto de gastos de inversión, gestión y lucro cesante (sin deducir de ello las ganancias producidas durante la concesión ni el valor de las instalaciones al comienzo de la misma), un coste que, en la práctica, ningún municipio podría asumir. 
  Pero, además de esta primera pérdida de soberanía municipal sobre uno de sus recursos más valiosos, los municipios quedan mucho más expuestos a ofertas por parte de empresas privadas por lo que aún queda en sus manos (el agua en baja). Efectivamente, Cuando una empresa privada realiza una oferta por la concesión del agua municipal, debe hacerlo acorde con el valor del servicio, con lo que, tras la pérdida de sus elementos más valiosos (precisamente donde más han invertido los municipios en las últimas décadas son los que la IACLM pide ahora a coste cero), bajará el valor total del servicio de agua y aumentará el interés de las empresas privadas por hacerse con la gestión de ese servicio, ahora “rebajado”. 
  Respecto al agua en alta, que se habría concedido a IACLM y, que habría quedado en manos de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, no quedaría exenta de privatización. En realidad buena parte del agua en Alta de Castilla-La Mancha está ya en manos privadas y, de hecho, el que esté bajo la responsabilidad de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha (a cargo de IACLM) no lo evita, sino todo lo contrario. Empresas privadas de agua como AQUALIA (FCC), DRAGADOS, DEGREMONT o SADYT-RAYET, ya gestionan los sistemas de abastecimiento de Algodor, Picadas I y II, Campana de Oropesa, Ceballo, Girasol, Tajuña, Bornova, Campiña baja, Valdepeñas o Taibilla, (casi la mitad del agua en Alta en Castilla-La Mancha) y la mayor parte de esos sistemas están bajo la responsabilidad de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha. 
  El escenario más beneficioso para los municipios afectados sería el de unirse en una respuesta conjunta y, que ésta sea apostar por la soberanía sobre el agua que llega a sus ciudadanos. No se trata de perder la oportunidad de enganche a la Tubería de la Llanura Manchega ni a sus posibles beneficios, se trata de que este enganche no vaya ligado a la pérdida de la gestión de sus instalaciones de agua en alta. Los pozos que cada municipio tiene, los medios de tratamiento, los bombeos, los depósitos, etc., son un patrimonio en el que, durante décadas, los municipios han venido invirtiendo grandes cantidades de recursos; son elementos estratégicos asociados a algo vital para la vida de sus ciudadanos, que ninguno de ellos debería plantearse desprenderse de su gestión. 

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