No pagamos y punto, por Colectivo "No pagamos" de Cuenca

Pocas personas quedan ya en nuestro país que a estas alturas no hayan advertido lo que el 15M dijo desde el primer día, que la situación social que atravesamos no es una crisis, es una estafa, es un proceso de expolio social.
  El dinero público se utiliza para rescatar a los bancos. Pero, los mismos bancos u otros prestan al estado al 6% un dinero que han comprado al Banco Central Europeo al 1%.
  Las reformas laborales, una tras otra, incrementan el poder de los empresarios sobre los trabajadores. Pero, además, por medio del paro y la precariedad, se arrebata el derecho al trabajo a millones de personas. Y al tiempo que se les hace vivir angustiadas, dependientes y con escasos ingresos, se desperdicia su talento y su saber hacer. A otras muchas se las echa de sus casas, pero tienen que seguir pagándolas.
  Los impuestos suben, aunque sólo los que afectan en mayor medida a las clases populares. Mientras, el fraude en el pago de los mismos campa a sus anchas entre los capitalistas, que además reciben numerosos beneficios fiscales a través, entre otras formas, de las SICAV y las fundaciones.
  Los recortes se ceban en la sanidad y la educación públicas, en los servicios sociales, en la lucha contra el machismo y su violencia, en el transporte público barato, en la cultura, en la justicia..., precisamente allí donde la que va a salir más perjudicada es la gente común. Las privatizaciones, carentes de derecho, se aceleran para el enriquecimiento de algunos y el empobrecimiento de los demás.
  La impunidad es la regla general frente a la corrupción política y empresarial. No se persigue a los responsables, y cuando se hace, acaban siendo indultados. Las mismas personas pasan de ocupar puestos de responsabilidad política a sentarse en sillones de grandes empresas y viceversa con la mayor facilidad.
  En Cuenca, proyectan colocar un cementerio nuclear en Villa de Cañas, privatizan el agua de la capital, quieren cerrar la línea del ferrocarril y desprotegen en general el mundo rural.
  Pero el expolio social no queda ahí. Todo ello lo corona el sometimiento de los sucesivos gobiernos a los dictámenes económicos de los mercados financieros y las organizaciones internacionales y el consecuente uso de los aparatos represivos contra todos los que buscamos impedir que nuestros derechos nos sean arrebatados.
  Ante este acoso y destrucción de nuestros derechos sociales y políticos, las personas de buena fe sólo podemos decir que nos negamos a pagar su estafa.
  “Nuestra educación no pagará vuestra deuda”, decían los estudiantes no hace mucho. Ni nuestra educación ni nuestra sanidad ni nuestra democracia ni nuestra solidaridad ni nuestro medio ambiente ni nuestros bienes comunes ni nuestra vivienda ni nuestras familias ni nuestro futuro ni nuestra felicidad ni nuestra vida pagará vuestra deuda, pagará vuestra estafa, añadimos nosotros.
  No debemos, no pagamos, y punto. Y por ello, exigimos:

1.Devolución del dinero entregado a los bancos. Auditoría ciudadana de la deuda. Desconstitucionalización del déficit. Banca pública y ética.

2.Educación y sanidad públicas, gratuitas y de calidad. Derogación Ley 15/97. Servicios sociales de calidad. Justicia gratuita. No a los recortes del gasto público, no a la privatización de los servicios públicos ni de los bienes comunes. Gestión pública de los sectores estratégicos de la economía (energía, telecomunicaciones..). Democratización del funcionamiento interno de los servicios públicos y sociales y de la gestión pública en general, que deben estar dirigidos a satisfacer las necesidades de los ciudadanos, nunca al beneficio privado de empresas o corruptos. Cultura, información y comunicación libres y gratuitas.

3.Transporte público barato y de calidad. Revitalización del mundo rural. Cierre de las centrales nucleares, inversión en energías renovables. Cultura del decrecimiento, del amor y respeto a los animales y a la naturaleza. Abolición de la obsolescencia programada. Cultura de la paz. Lucha decidida contra el machismo en todas sus formas.

4.Consejos de trabajadores y trabajadoras en paro y en precario para que puedan expresar su propia voz. Reparto justo del trabajo, salario digno, jubilación a los 60 años. No a la precarización del empleo. Poder de los trabajadores en las empresas. 1200 euros de salario mínimo interprofesional. Reducción de la jornada laboral a 30 horas semanales.

5.Derecho garantizado al acceso a una vivienda digna. Dación en pago retroactiva. Dación en pago opcional para aquellos que no tengan otro lugar en el que alojarse, y si éste es el caso, que la deuda entre en suspensión hasta que la persona o familia afectada vuelva a tener una fuente de recursos suficiente con la que hacer frente a la deuda. Parque de viviendas de alquiler social. Promoción de cooperativas de vivienda.

6.Reforma fiscal que permita distribuir de forma justa la riqueza que producimos entre todos y todas. Persecución de la evasión fiscal y eliminación de los beneficios fiscales de los ricos. Cobro del IBI a la Iglesia. Renta Básica universal y suficiente para todas las personas. Ninguna persona hambrienta o desprotegida, ninguna persona sin recursos para combatir el frío.

7.Eliminación de prebendas a los políticos. Prohibición de las puertas giratorias entre partidos y empresas. Prohibición de que los partidos tengan financiación privada distinta de las cuotas de sus afiliados. Democracia representativa subordinada a la participativa. Referéndum sobre la forma de estado: monarquía o república. Europa de las personas, no de los mercados.

8.Paralización del proyecto del cementerio nuclear de Villar de Cañas. Marcha atrás en el cambio de gestión del agua de Cuenca. Mantenimiento y mejora de la línea del ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia. Activación de la vida rural conquense.


Al margen de lo que hagan o dejen de hacer partidos, sindicatos o asociaciones, los ciudadanos como tales, por nosotros mismos, hemos de hacernos cargo de esta lucha, de esta defensa que es al mismo tiempo una conquista social de nuestros derechos comunes.
  La forma más adecuada para ello es, sin duda, la asamblea ciudadana abierta, una asamblea sin otras condiciones de entrada que no sea el deseo de cada persona de tomar parte activa en la construcción de una vida social más justa, una asamblea sin secretos y sin órganos de dirección, una asamblea en la que las decisiones se toman horizontalmente y por consenso y en la que se pone en acción la inteligencia colectiva y el esfuerzo en común.

Colectivo “No pagamos” de Cuenca.


Desde el Colectivo “No pagamos” de Cuenca estamos trabajando para constituir una asamblea de esas características y con estos objetivos en nuestra ciudad. Si tú también lo ves necesario, ponte en contacto con nosotr@s: nopagamoscuenca@gmail.com

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